miércoles, 23 de diciembre de 2009

Nacimientos : "belenes" o "pesebres"

Nacimientos:
"belenes" o "pesebres"


Como nos relatan los evangelios, la ciudad de Belén estaba llena de visitantes que acudían a cumplir la orden de empadronamiento dictada por el Emperador Augusto; por ello, las posadas sólo daban albergue a aquellos que tenían dinero. Como María estaba embarazada les permitieron quedarse en un establo donde nació Jesús.

San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, fue el iniciador de los nacimientos entre 1200 y 1226. Según indica la tradición, el santo recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti en el invierno de 1223. La Navidad de ese año lo sorprendió en la ermita de Greccio y fue allí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús. Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los vecinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración de los pastores. La tradición indica que, de manera milagrosa, en la escena aparecieron ángeles y se personificó el niño Jesús, la Santísima Virgen y San José.

La idea de reproducir el nacimiento se popularizó rápidamente en todo el mundo cristiano; y de los seres vivos, se pasó a la utilización de figuras pues los primeros misioneros en llegar a América fueron franciscanos y por supuesto siguieron la tradición de San Francisco de Asís.

Asimismo, la tradición señala que el primer nacimiento se construyó en Nápoles a fines del siglo XV y fue fabricado con figuras de barro. Carlos III ordenó que los "belenes" se extendieran y popularizaran en todo el reino itálico y español; en América, los frailes introdujeron las costumbres navideñas cristianas utilizándolas para la evangelización de los naturales, y entre ellos, los nacimientos toman un papel importante.

Las iglesias contaban con sus "belenes" que utilizaban los religiosos y los vecinos para sus solemnes procesiones de Navidad. No había familia, por humilde que fuera, que no gozara al "poner el Belén", junto al cual cantaban unidos los villancicos.

Las figuras de un "belén" pueden ser de distintos tamaños (incluso a tamaño natural) y componen las distintas escenas que recorren el nacimiento del Niño Jesús, desde la búsqueda de la posada, el nacimiento, la anunciación del Ángel a los pastores, la adoración y las ofrendas al Niño por los lugareños y la escena de los Reyes Magos guiados por una estrella hacia el portal de Belén.

El misterio de la Natividad representado en el pesebre era indispensable en todas las casas. Esta tradición ha pasado de padres a hijos, como la labor que realizan los artesanos que, empleando los materiales más sencillos crean una magia que no se pierde a pesar de los años.




sábado, 12 de diciembre de 2009

Rosario a la Virgen Guadalupana

Rosario a la Virgen Guadalupana


En estos misterios se medita en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Al iniciar cada misterio, se lee el pasaje y se hace la petición, se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria y al final, se canta alguna estrofa de las canciones propias de la Virgen de Guadalupe.


Primer Misterio: La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo.

“Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy su piadosa Madre”.

Pedimos a la Virgen María por todos aquellos que no la conocen y no la valoran como su Madre, especialmente en nuestra patria Argentina. Rogamos por todas las mujeres, para que descubran el valor de su vocación.


Segundo Misterio: Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su pequeñez a los ojos de los hombres.

“Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que a alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda”.

Pedimos a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor de la humildad y la sencillez de corazón, que nos permita ser instrumentos dóciles en las manos de Dios.


Tercer Misterio: María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría.

“Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad, pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad”.

Pedimos a la Virgen que nos ayude a saber transmitir la palabra de Cristo a los demás, para que Él reine en los corazones, en las familias y en la sociedad.


Cuarto Misterio: La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo.

“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó".

Pedimos a la Virgen que, como san Juan Diego, sepamos acompañar en la enfermedad, la angustia y el dolor a los que están cerca de nosotros. También rogamos por nuestras familias.


Quinto Misterio: María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección.

Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: “Hijo mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza”.

Pedimos a la Virgen que, como Ella, sepamos escuchar y ayudar a nuestros hermanos, especialmente los de nuestra Fraternidad de Vida Nueva. También rogamos por el papa y los Obispos en comunión con él.




Nuestra Señora de Guadalupe - Historia de la Fiesta

Nuestra Señora de Guadalupe
Historia de la Fiesta


La Virgen se apareció a Juan Diego y nos deja una muestra de su gran amor (12 de diciembre)


Aunque las diferentes advocaciones de la Virgen María son muy numerosas, la Iglesia le da especial importancia a las tres apariciones de la Virgen María en diferentes partes del mundo:

· Aparición de la Virgen de Guadalupe: 12 de Diciembre de 1531 en México.

· Aparición de la Virgen de Lourdes: 11 de Febrero de 1858 en Francia.

· Aparición de la Virgen de Fátima: 13 de Mayo de 1917 en Portugal.

Debemos recordar que es la misma Virgen María la que se ha aparecido en los distintos lugares, en estos tres momentos para ayudarnos y animarnos a seguir adelante en nuestro camino al cielo. En estas apariciones, la Virgen nos ha pedido rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo.

La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor.

En el Nican Mopohua se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma:

Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron.

Entre los primeros que se bautizaron, había un indio muy sencillo llamado Juan Diego, quien iba todos los sábados a aprender la religión de Cristo y a la misa del pueblo de Tlatelolco.

El sábado 9 de Diciembre de 1531, cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchos pájaros y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa.

La Señora le dijo: "Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes".

La Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho.

Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían.

La Señora le dijo a Juan Diego que volviera el domingo a casa del Obispo. Esta vez, el Obispo le dijo que le trajera una señal, es decir, una prueba de que la Señora de verdad era la Virgen.

Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico. Fue hasta el martes, cuando al pasar por el cerro para ir por un sacerdote que confesara a su tío, se le apareció la Virgen y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿Por qué te preocupas?”. Después, le hizo saber que su tío ya estaba curado y le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo".

Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Virgen.

Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe.

Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo.

El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac.

· En 1754, Benedicto XIV nombró a la Virgen de Guadalupe patrona de la Nueva España, desde Arizona hasta Costa Rica.

· El 12 de octubre de 1895 se llevó a cabo la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII.

· En 1904, San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica y en 1910 proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina.

· En 1945, Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América. El 12 de Octubre de 1976 se inauguró la nueva Basílica de Guadalupe.

Miles de personas de México y del mundo entero, visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa pintura que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.

Las peregrinaciones no sólo se llevan a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos. Algunas personas van de rodillas, porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones, la gente va haciendo oración, sacrificios y cantando. Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor que les concedió. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad.

En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa.







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